Analogía de sentimientos encontrados entre tú y un querer...
No pretendo
nada con la poesía que intento escribir en esta hoja de papel, quizás se
convierta en una analogía de sentimientos encontrados entre tú y un querer. Quiero contarte que no fue fácil éste día, he
llorado sin tener un por qué, y cuando recuerdo tu sonrisa de picardía me llena el
corazón y siento que todo irá bien.
Creo que no
te ha sido fácil comprenderme, a veces la luna afecta mi cerebro, pero afortunadamente
mi cordura de vez en mes se pierde y tu mi querido amigo sigues al lado mío sin
poner peros ni para que, y créeme, si yo fuera tu, me hubiera dejado ahogarme
en el famoso mar de la confusión. Por esa
razón y muchas más que aún guarda mi corazón, se que eres único en este mundo
sin compasión.
Sabes, entre
mis locuras de este verano me entregaste tu confianza y un par de besos sabor a
miel, yo te confesé un par de oscuros secretos y empecé a quererte sin saber
por qué. Tal vez fue porque te volviste
incondicional hacia mí, y yo no lo supe ver hasta el día de hoy, que sin querer
te ofendí; gracias a mis sentimientos encontrados, y también a las hormonas que
bailan al son de la hermosa luna, algunas lágrimas he derramado, y tú me ofreciste
tu hombro, y yo por creerme altanera te dije “no gracias” y me aparté.
Sé, y estoy
más que segura, que te lastimé, pero quiero que sepas que sólo diste la media
vuelta y éste corazón, que se creía fuerte, intocable por un escudo imaginario
protector, se desmorono en menos de un instante pues no soporto el decirte, “gracias
pero no”, no quise aparentar ser vulnerable, y mira… todo lo contrario sucedió.
Al estar de
frente y guardar un incomodo silencio, de esos que no sabes que decir, para
serte sincera, me sentí como una niña pequeña perdida en una tormenta, pues
creí, que por una arrogancia de mi parte, ya no estarías junto a mí. Pero solo
mencionaste mi nombre, vi venir aquel ángel que un día me regalo una sonrisa, y
sin él saberlo, me devolvió la vida que creía perdida.
Caminamos un
tramo corto, que sentí largo, discutiendo o intentando analizar mis
sentimientos encontrados, que por cierto a ninguna conclusión llegamos, bueno, quizás a una, que yo cada día voy perdiendo un poquito la cordura, y tú, vaya paciencia la que cultivas con mis locuras. Luego, cuando separamos caminos me di cuenta que eres el
amigo imaginario en carne y hueso que yo tuve hace muchos años, y que estuve a
punto de volver a perderlo a causa de creerme fuer te y de lágrimas sin motivos. Hoy quiero confesarte, que aún tengo la sensación
de llorar, pero esta vez es por temor a no verte más, de perder a mi ángel que
aparece justo en el momento que no espero, y al amigo que hace mucho tiempo lo
creía perdido.
Mi querido y
dulce amigo, hoy me demostraste que no solo compartes conmigo, momentos de alegría
y regocijo, si no que estas aquí cuando las lágrimas aparecen sin motivos… y
hasta en mis berrinches sin sentido, como por ejemplo: un armario caído, una mascota
que no muy te agrada, y una familia un poco loca como la que hoy te escribe
esta pequeña nota analógica.
La lluvia
que cierra mi noche, me permite recordarte, que esta mujer que se considera una
de tus amigas más locas, tiene un sol con tu nombre perfecto, y que sale
justamente en el momento que no espero, y eso, eso lo considero perfecto.
Mariela
Reneé García Vélez
Abril 11,
2012.
22:28 horas.
“Gracias por
formar parte de mi loca vida, por demostrarme que aún se puede confiar, y por
el simple hecho de ser Tú. Te quiero mucho. LA₂”
Comentarios